Protección: Siempre buscaremos un lugar seguro donde protegerse del frío y del calor.
Alimentación: Dependiendo de la raza y constitución, le daremos una alimentación u otra pero siempre sana y equilibrada, agua limpia y comederos lavados a diario.
Limpieza: Los gatos suelen limpiarse solos, es más, no les gusta el agua pero aún así, como a los perros se les debe tener libres de pulgas, garrapatas e insectos nocivos para su salud. Recomendamos lavarlos cada 30 días con productos especiales para cada animal.
Esterilización: Para velar por la protección y cuidado de animales, debemos ser responsables y evitar el nacimiento indeseado. A no ser que conozcamos personas responsables que vayan a hacerse cargo de estos animales.
Ejercicio: Ambas especies necesitan actividad a diario. Tanto por ellos como por nosotros ya que gastarán energía y evitaremos problemas en casa. Tu veterinario te aconsejará cual es la mejor correa y bolsas para recoger sus excrementos. Los gatos caseros por el contrario, suelen hacer sus necesidades en un arenero, el cual tendremos que mantener siempre limpio.
Entrenamiento: Perro y gatos pueden aprender, pero debes tener paciencia y respeto. Igual que las personas, necesitamos un tiempo para adquirir nuevos conocimientos y repetirlos hasta que finalmente forman parte de nuestra vida. No utilices técnicas agresivas, sino, premios y tonos amables.
Identificación: Para evitar la pérdida de tu mascota, es preferible que lleven una placa identificativa para que aquel que la encuentre, pueda ponerse en contacto contigo. Además, deberás llevarlo al veterinario para que le inserte un microchip.
Veterinario: La salud de tu perro o gato es el principal de los cuidados que necesita un animal. Desde que entra en nuestras vidas, necesita unas vacunas y unos cuidados de desparasitación imprescindibles que te marcará tu veterinario en su cartilla.